Rife descubrió que todos los virus, bacterias, parásitos y otros agentes patógenos son particularmente sensibles a una frecuencia específica de sonido y puede ser destruido por la intensificación de esa frecuencia hasta que explota literalmente – como una nota musical intensa que puede hacer estallar una copa de cristal. Este es el concepto tras las Frecuencias Rife.
El inventor Royal Raymond Rife descubrió que cada especie de vida tiene su propia firma espectroscópica distintiva. Cada microorganismo tiene su propio patrón molecular específico de oscilación. En otras palabras, cualquier virus, bacteria, parásito o patógeno es sensible a una de las Frecuencias Rife específicas.
Este principio puede ser ilustrado con una nota musical intensa que hace estallar una copa de cristal: las moléculas de la copa están oscilando a la misma armónica de esa nota musical; es decir, están en resonancia. Y dado que cada organismo tiene una frecuencia diferente hay –literalmente- cientos de trillones de biofrecuencias distintas. Y, por lo tanto, cada especie y molécula tiene sus propias Frecuencias Rife específicas.
Rife y muchos otros sabían que la frecuencia es la clave para controlar patógenos. Es la clave para estimular el cuerpo a luchar contra sus propios patógenos. Lo más importante ha sido encontrar la frecuencia correcta, a la luz de las constantes mutaciones, y la forma apropiada de ondas.
¿Porqué es que las Frecuencias Rife funcionan para disolver las barreras anilladas de proteína usadas por patógenos resistentes para encubrirse?
¿Qué es la frecuencia?
Luz es frecuencia. Sonido es frecuencia. Aroma es frecuencia. Emoción es frecuencia. Vibración es frecuencia. Música es frecuencia. Ondas cerebrales son frecuencia. Impulsos nerviosos son frecuencia. Todo, en su mayor denominador común es frecuencia. Frecuencia es todo, y todo es frecuencia. En realidad, no hay sólidos. Nosotros existimos en un universo que consiste enteramente de energía.
¿Cómo sabe el cuerpo que hacer con todas esas frecuencias?
El cuerpo escucha la frecuencia. Los oídos cambian esa entrada sensorial a impulsos bioquímicos y envían esa información al cerebro. Los ojos filtran las frecuencias de entradas de luz y cambian esos impulsos a energía bioquímica y envían esa información al cerebro. La nariz recibe aromas.
Cada impulso es cambiado a entradas bioquímicas y son enviadas al cerebro. Cada órgano sensorial del cuerpo colecciona información como entrada de frecuencia y cambia esa entrada a impulsos bioquímicos, los cuales envía al cerebro.
- 1-2 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada biomagnética.
- 2-4 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada bioeléctrica.
- 1-4 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada de frecuencia genética (o sea entrada biomagnética y bioeléctrica combinadas).
- 4-8 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada bioquímica.
- 8-16 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada estructural (muscular/esquelética).
- 16-32 ciclos por segundo, el cerebro interpreta esto como entrada neurofísica.
Cada frecuencia, o conjunto de Frecuencias Rife, tienen funciones específicas, tanto estructural como funcional, dentro del cuerpo. Cada conjunto de frecuencias hace su propio trabajo y puede compartir frecuencias desde su conjunto, para que sean usados por otros sistemas biológicos.
El cuerpo, en su sabiduría infinita, tiene una perfecta retroalimentación para hacer posible que el cuerpo diagnostique y proporcione un conjunto de frecuencias sanadoras como un autodiagnóstico y prescripción.
La frecuencia de onda dominante en la que trabaja el cerebro en un momento determinado es lo que se denomina “estado actual”. Así mismo, el cerebro humano trabaja a diferentes tipos de frecuencias que pasan del estado de alerta, normal, la relajación y la meditación hasta el propio estado de sueño.
Hoy pareciera que esta antiguas sabidurías están siendo renovadas como medicina convencional, con su previa dependencia en el método científico, comienza a poner atención al potencial de la frecuencia para nutrir y apoyar la capacidad del cuerpo para autosanarse. El establecimiento médico está hasta ahora comenzando a reconocer la relación entre las frecuencias de la voz y el estado nutricional (ver el artículo de Danielle Campbell en el Diario de Avance para Patólogos y Audiólogos de Lenguaje y Habla, 31 de mayo de 1999).
Cada uno de nosotros posee armónicos únicos de frecuencia que pueden ser expresados a través de la voz y manifestarse como enfermedad o estrés a nivel estructural y bioquímico del cuerpo. Un corto tramo de la voz –una grabación de menos de un minuto de duración– puede ser evaluado mediante un sistema que analiza el estado de frecuencia del individuo. Aquellas frecuencias, en combinaciones específicas, pueden, a su vez, ser usadas para apoyar forma y función normal del cuerpo.
Nuestro organismo es un complejo universo de billones de células agrupadas en órganos y sistemas que funcionan de acuerdo a patrones de comportamiento previamente establecidos.
Nuestras células están compuestas de billones de moléculas y átomos siendo éstos -dicho de forma simplificada- enormes “espacios vacíos” donde un núcleo formado por protones y neutrones se encuentra rodeado de electrones que giran a su alrededor con cierta velocidad y vibración como si de un sistema solar en miniatura se tratara.
Cuando llega un estímulo externo al cerebro, éste puede ser capaz de cambiar de una frecuencia de onda a otra diferente. La persona entonces cambia de etapa o de estado de ánimo. Por ejemplo, en personas alteradas por nervios o que están en un estado total de alerta poseen las ondas beta como ondas dominantes. Su cerebro está emitiendo en la frecuencia de ondas beta, la más común entre la población ya que es sinónimo de trabajo y estrés en algunos casos.
Siendo el número de protones (carga positiva) y de neutrones (partículas sin carga) lo que singulariza cada átomo frente a los demás. A su alrededor, producto de la interacción eléctrica causada por la atracción, giran los electrones (cargas negativas) en órbitas específicas características de cada átomo.
Los átomos que componen una molécula son mantenidos juntos en su configuración molecular con una energía de enlace covalente las cuales emiten y absorben energía en su propia frecuencia electromagnética específica. No existen dos clases de moléculas que tengan la misma firma espectral u oscilación electromagnética.
En suma, un átomo es un sistema eléctrico que genera un campo electromagnético. Lo que implica que todo átomo se relaciona con los demás y con el entorno mediante impulsos eléctricos. Y otro tanto ocurre con los conjuntos de átomos que dan lugar a las moléculas, células, tejidos y órganos.
Todo ser vivo, en definitiva, posee un campo electromagnético propio. Campo que cuando se desequilibra -lo que puede deberse a muy diversas causas- genera las disfunciones que llamamos enfermedades.
IMPORTANTE
DESLINDE DE RESPONSABILIDAD
Los audios de frecuencias aquí presentados no remplazan los consejos, diagnósticos, recomendaciones o tratamiento de su propio médico o proveedor de atención médica.
• Fuentes:sanazion.com - metodorife.com - brainwavelabs.com - Nexus Magazine, Volumen 7, Número 6.
Karina –
Increíble!!! Tuve resultados inmediatos 😍😍😍
Quetzal Villavicencio –
Tuve fibromialgia diagnosticada desde los 17 años y sigo un protocolo médico muy estricto. Llevo 6 días escuchando esta frecuencia dos veces al día. En 6 días me he sentido como nunca, ha logrado lo que los medicamentos no han hecho en 23 años de enfermedad.
Dios te bendiga a ti y a tu trabajo por compartir todo esto.
Gracias infinitas!!!
Jazmin –
Hola, Tania! Me he sentido mucho mejor. Incluso he querido hacer ejercicio y llevar mejores hábitos alimenticios. Mi estado de animo ha cambiado para bien. Me siento como hace mucho tiempo no me había sentido! Gracias 😊
Jesús Chavez –
Este audio es impresionante!!!